Después de limpiar los árboles, tenemos que quitar de en medio esas ramas que hemos cortado para darles vitalidad a las plantas. Y para ello existen dos formas:
- quemarlas: debemos de tener las siguientes precauciones:
- tener pedidos los permisos necesarios para la quema. Nosotros siempre los pedimos al comenzar el otoño-invierno, aunque también es cierto que casi no le damos uso.
- no quemar nunca con viento
- hacer estos trabajos a primera hora de la mañana
- tener siempre preparados una manguera por si tuviésemos algún problema.
- estar alejados de zonas secas, con alta probabilidad de arder y alejados del monte.
- triturarlas: somos más partidarios de esta opción, principalmente porque le creamos al campo una cobertura natural que nos ayuda a retener las malas hierbas y porque creamos una capa de material triturado que poco a poco se introduce en la tierra aportando nuevos nutrientes, es decir, creamos humus (abono natural). Y lo mejor de todo es que en unas 4 semanas comienza su descomposición.